Sobre lo pintoresco y la belleza de lo simple.
- Lucia L.M.
- 24 mar
- 3 Min. de lectura

En su obra "Los placeres de la imaginación", Joseph Addison ( autor y político inglés del siglo XVII) añade a las ya existentes categorías o grados de belleza ( lo sublime y lo bello) la de lo PINTORESCO, que es aquel estímulo visual que aporta una cierta sensación de belleza que nos antoja su inmortalización en un dibujo, pintura o fotografía ( que es el caso de la fotografía de esa planta que ya pondré en contexto). Importante para este concepto de pintoresco es la novedad, la extrañeza, el encontrar una sorpresa visual en cierto entorno, la singularidad. Téngase lo anterior como noción básica para lo siguiente.
He estado pensando e indagando en torno esto de lo pintoresco a partir de esa plantita. Hace unos días, iba de camino a la feria libre donde compro las verduras los domingos y me encontré con este pequeño arbusto. Como me gusta la botánica, no puedo seguir hablando de ella sin mencionar su nombre: chicoria o Chicorium intybus ( sí, parece ser la misma que comemos pero dejada a su suerte y sin poda, lo que nos quita alimento pero nos regala flores). Pero la reflexión no se centrará en su especie, sino en la belleza simple de esta humilde plantita con sus delicadas flores celestes y, lo más sorprendente, el borde de piedras. Estas plantas crecen en nuestro paisaje urbano como malezas, no se les presta mayor atención o cuidado y nadie me la vendería en un vivero. Sin embargo, en este lugar donde se pone la feria digamos que la belleza no abunda, no te encuentras con verdes y cuidados jardines ni veredas aseadas, lo bello es escaso y el ser humano parece necesitarlo. Esta planta creció junto a ese poste del tendido eléctrico, alguien la quiso cuidar de las pisadas de los transeúntes, alguien vió y apreció sus florcitas celestes y su encanto; alguien sintió una especial atracción o algo de felicidad al verla (yo la sentí también !)Creo que al rodearla de piedritas, decidió cuidarla para preservar esa hermosura sencilla que adorna esa árida vereda.
Me conmovió verla, pude sentir ese cuidado con ella y pensar en cuánto necesita el ser humano contemplar algo "bonito" ( entre comillas pues los artistas no podemos decir "bonito", trauma de la escuela de artes) y que ese "bonito" tiene que ver con la atracción hacia lo bueno como tendencia profunda del alma. En términos de estética, se puede categorizar la belleza en sublime y bello (Longino el griego) y añadimos "pintoresco" como 3er nivel agregado por Addison, como se mencionó anteriormente. Tomada esta palabra de Giorgio Vassari(XVI), "pittoresco" como algo que añade valor o atractivo a la pintura en cuanto a llamativo. Addison lo explora con otra profundidad, refiriéndose a lo pintoresco como una sensación de perfección que merece ser inmortalizada, por su singularidad, sensación de sorpresa agradable.
Esa plantita emerge ahí en medio de ese yermo pedazo de tierra, rodeada de cemento, suciedad de mascotas, etc. Y cautiva, sorprende. Otro aspecto de lo pintoresco descubriré con esta pregunta: ¿habría llamado tanto la atención si no hubiese tenido ese borde de piedras? Quizás no. Quizás el sujeto principal de lo pintoresco SON las piedras, quizás ahí esté la clave de la escena pintoresca. Y en mi indagación me encuentro con un ensayo de William Gilpin (1792) Sobre lo pintoresco, en el que se añade un factor que me parece fundamental, especialmente aplicable a mi fotografía: la RUINA. Gilpin añade la ruina a las escenas pintorescas, y da en el clavo, es esa cosa imperfecta, ese estar en medio de caos, la ruina es evidencia de la fugacidad de todo en la naturaleza. Entonces, lo pintoresco de esta foto, o de otra cosa, es aquello que nos muestra un atisbo de la belleza y la ruina es una grieta, una fisura por la cual puede percibirse. También por contraste somos guiados a lo bello, en medio de esa ruina el ojo busca eso que salva y muestra algo de armonía, que transmite y apacigua algo en nuestro interior.
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